Los días 3 y 4 hemos celebrado la tradicional matanza doméstica con el sacrificio de dos de nuestros mejores cerdos criados en libertad por Migalinda y engordados durante tres meses con bellotas.
Estoy enormemente agradecido por la ayuda recibida tanto de Cipri y su marido Antonio, como de Rufi, que con su ímpetu y humor nos ha hecho pasar un día inolvidable. Mil gracias a todos.
Hemos dejado dos jamones que esperemos podamos degustar dentro de 2 años y medio. Los hemos marcado a fuego con un hierro que aun no es el nuestro. En breve estrenaremos nuestro hierro para marcar los futuros productos.
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